A veces, saborear algún recuerdo no viene mal para entender por qué nos gustaba la poesía desde temprana edad… seguramente por la motivación de alguna docente, por esas lecturas que de a poco íbamos descubriendo, por contemplar las cosas maravillosas que la vida nos iba ofreciendo a nuestro alrededor y las sensaciones que nos provocaba. Emocionarnos con los colores del cielo, el aroma de las flores y de la lluvia de verano en el asfalto, los diversos matices de verde en el campo, la oscuridad infinita de la noche estrellada y los cantos de los grillos y ranas… Y jugar creando rimas y metáforas en nuestra mente para enseguida escribirlas en un papel, antes de olvidarlas. Luego vendrían Bécker y Neruda… para enamorarnos del amor. ¡Cuánta belleza en sus poemas! Solía forrar mis libros y mis carpetas de la secundaria con sus frases, buscando imágenes que representaran lo que soñaba.
Y también llegó el Principito… no podía faltar Exúpery en mis libros. Ni las flores, ni el mar. Ni los atardeceres naranjas.
A la distancia… soñaba
con una barca en el mar,
con un Príncipe de ensueño
que me venía a buscar.
En la distancia vencida
de atardeceres tranquilos,
un manto de eternidad
cubriendo el tiempo desprevenido.
Caracolas de río manso
escuchando el cosmos vibrar,
en las vísperas del beso
que imaginaba al bailar.
Rimas de amor danzando
en las olas del ayer,
hoy suspiran en el viento,
navegando el atardecer,
bordando letras marinas
y enlazando otras cautivas,
para encauzar el recuerdo
de tu sonrisa perdida.
Marisa Gio…
Estación florida © 2021 by Marisa Gioacchini- Marisa Gio is licensed under CC BY-NC-ND 4.0
Me encantó Marisa , te felicito por todo lo que haces , siempre tuviste ese don por el arte y la literatura. Te mando un beso enorme y espero verte algún día.❤️🥰
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Muchas gracias Vero!!! Sí, sería genial vernos!! Podríamos por videollamada aunque sea, así charlamos un rato, uno de estos días. Gracias por estar siempre Vero. Te quiero amiga!!
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